Una mañana más, un día lluvioso como es habitual por aquí, las mismas caras serias y el mismo camino a seguir. No llevo paraguas, pues prefiero sentirme viva y que las gotas me golpeen la cara. Sólo es agua.
El mismo vagabundo cuidando de su enfermizo perro, el mismo gato abandonado en su esquina, la misma madre cansada y preocupada lleva a su pequeño al colegio.
"Cada día es igual" pienso y como si el Universo me hubiese escuchado, me regala una sonrisa. Él pasa por delante de mi rutina, me sonríe y se marcha. Así, sin un "hasta mañana" ni siquiera sin haberse presentado. Pero eso sí, recargándome las pilas.
Y entonces es cuando pienso que ahora mismo, el día, ya ha merecido la pena.
¿Nunca has tenido un pensamiento que cada cierto tiempo le piensas y le piensas? Que nunca desaparece de tu mente, y que en cualquier momento de tu vida puede venirte a la mente. A mí sí que me ha pasado, me pasa y me pasará. Es un pensamiento que nunca se me va y que siempre aparece aunque tu no quieras, aunque tu no quieras admitir que tienes ese pensamiento… ¿Sabéis de que pensamiento os hablo? Es la soledad, ¿que significa la soledad? Pues bien, yo os lo diré: Carencia voluntaria o involuntaria de compañía. Igual alguno piensa que va referido a algo del amor... pero os diré que os estáis confundidos... Nat.
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