Una mañana más, un día lluvioso como es habitual por aquí, las mismas caras serias y el mismo camino a seguir. No llevo paraguas, pues prefiero sentirme viva y que las gotas me golpeen la cara. Sólo es agua.
El mismo vagabundo cuidando de su enfermizo perro, el mismo gato abandonado en su esquina, la misma madre cansada y preocupada lleva a su pequeño al colegio.
"Cada día es igual" pienso y como si el Universo me hubiese escuchado, me regala una sonrisa. Él pasa por delante de mi rutina, me sonríe y se marcha. Así, sin un "hasta mañana" ni siquiera sin haberse presentado. Pero eso sí, recargándome las pilas.
Y entonces es cuando pienso que ahora mismo, el día, ya ha merecido la pena.
Como si quererle fuera tarea fácil, me dijo: ''Quiéreme sin dudas'' Y una que no está acostumbrada a que los sentimientos sean lo primero...pues qué quieres que te diga. Hice de tripas corazón y me acordé de todo el tiempo que estuve esperando a alguien como él y casi sin pensarlo, le susurré ''Te quiero, te quiero sin dudas y...'' Luego no hicieron falta más palabras. Me besó y su aliento formó parte de mi respiración. En ese instante supe que era él y jamás volví a dudar, pero si en algún momento lo hago...Estoy segura que él y su boca estarán ahí para recordarme cuánto nos queremos y que las discusiones sólo son maneras de demostrarlo.
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