Y una vez más, aquí estoy. Escribiendo todo lo que me provocas con tus actitudes, cosas que tú jamás sabrás. Y ¿qué coño? Es mejor que no las sepas, ¿para qué? Si en lo único que piensas es en utilizarme. La magia se perdió hace billones de kilómetros. Los sentimientos los dejamos a un lado cuando juntos escribíamos las normas de este juego suicida. Perdimos el conocimiento del tiempo, justo antes del primer beso. No pienso ponerme cursi, ni sensible, ¡es mas! cuando acabe de expresar todo lo que siento, prometo no tener ni una sola lágrima cayendo por mis mejillas. Es difícil no derrumbarse cuando mi única opción es perderte para siempre. Todos los hombres, incluso muchas mujeres dicen que nosotras somos complicadas. Bien. Pues discrepo en esa estúpida e ilógica teoría. De hecho, yo tengo una más fiable. Los raros sois vosotros. No soy capaz de comprender, por qué entendéis todo a la inversa. Hablo en general, pero en particular hablo de ti. Hablo de tu facilidad para jugar con mis