Llora. Llora para limpiar tu alma. Báñate y sumérgete bajo espuma olor esperanza durante horas y horas, para así desinfectar los horrores del día. Quema tus pensamientos llorando, libérate, pero hazlo llorando. Grita mientras lloras pero que sea un grito desde tus entrañas, que sea un grito de huida y de lucha. Si no, no grites. No grites para quedarte a medias. Sigue llorando. Alivia tu alma. Deja que sueñen tus dedos. Corre, corre rápido y llora mientras corres. Huye si te anulan el alma.
Llorar. Llorar es la única liberación para el espíritu que conozco.
LLORAR A LÁGRIMA VIVA- OLIVERIO GIRONDO
Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
Llorar. Llorar es la única liberación para el espíritu que conozco.
LLORAR A LÁGRIMA VIVA- OLIVERIO GIRONDO
Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
Alivia y demasiado, puedo contar con los dedos de una mano las veces que he llorado. Llorar es algo que no suelo permitirme, me hace sentir frágil y vulnerable, tal vez es el precio que tienes que pagar por ese de alivio de penas y sentimientos. O tal vez sea a causa de la doctrina de Macho que nos implantan desde pequeños donde nos dicen "los hombres no lloran", pero puedo decir de manera certera que pocas veces me he sentido liberado como cuando eh llorado.
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