Cuando se esfumó el dolor de cabeza, cuando el grado de alcohol en mi cuerpo descendió y la vida comenzó a no tener sentido alguno...se escaparon deslizándose pequeñas gotitas amargas por mis mejillas y sentí que la poca esperanza que me quedaba desapareció, con todo lo demás. No sé si fue por la resaca o porque soy demasiado sensible cuando me dejo querer, tampoco quiero saberlo, pero me sentí tan cansada, me agoté de tal manera que preferí olvidar. ¿Olvidar el qué? Borrar de mi mente que fuiste una compañía pésima para este gran viaje, dejar en el pasado todo lo que hemos compartido y recuperar mi vida. Olvidarte a ti, maldita soledad. Aunque, siempre nos encontramos de una manera u otra solos, aunque necesitemos nuestro tiempo...yo no buscaba la soledad en la mirada fría y seca de un amigo. Tampoco quería una sonrisa falsa, ni las palabras bonitas de un amor para conquistarme y después dejarme angustiada mientras continua su vida, como si yo nunca hubiera formado una ''bonita y perfecta'' etapa de su historia.
Por favor, que alguien me explique qué le pasa a la gente. No entiendo a las personas de mi entorno. Un día darían la vida por mi, sin embargo otras veces me tratan como a una desconocida después de tanto tiempo... ¿A estas alturas vas a seguir comportándote así? Como si no nos conociéramos.
Siempre digo que no confiaré en nadie, que mi mejor amiga soy yo y es cierto. No se puede confiar en nadie, jamás dejaré de repetírmelo. Quizá he llegado a un punto en el que necesito cambios, nuevo hábitos, nueva gente. Un punto de inflexión, un antes y un después. Son dudas y más dudas que me quitan el sueño. Por eso escribo, para desinflar mis ganas de salir corriendo.
Por favor, que alguien me explique qué le pasa a la gente. No entiendo a las personas de mi entorno. Un día darían la vida por mi, sin embargo otras veces me tratan como a una desconocida después de tanto tiempo... ¿A estas alturas vas a seguir comportándote así? Como si no nos conociéramos.
Siempre digo que no confiaré en nadie, que mi mejor amiga soy yo y es cierto. No se puede confiar en nadie, jamás dejaré de repetírmelo. Quizá he llegado a un punto en el que necesito cambios, nuevo hábitos, nueva gente. Un punto de inflexión, un antes y un después. Son dudas y más dudas que me quitan el sueño. Por eso escribo, para desinflar mis ganas de salir corriendo.
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