ya es demasiado tarde para volver. Mi vida depende de esta metamorfosis. Llevo esperando este gran cambio demasiado tiempo y ahora que noto que la esperanza aumenta, me acojono. No sé por qué no paro de mentirte y dejo de decirte que estoy bien. Será porque me da miedo decirte que te quiero como el primer día o incluso más. No me queda mucho tiempo para demostrarte que eres el único al que no podré olvidar nunca. No lo digo por quedar bien, te lo digo sinceramente. Me marcho para empezar una nueva etapa, tener una vida y olvidar todo el daño que me he causado, pero tú...serás lo último que consiga olvidar. A pesar de que he sufrido por ti lo insufrible, he mentido por ti, he perdido amistades por ti, me he defraudado, me has hecho daño como el que más. Y aun así sigo aquí, aguantando las lágrimas cada vez que te veo, disimulando que no te echaré de menos, ocultando mis dudas, tapando mis ganas de tenerte más tiempo, aquí estoy aguantando todo lo que mi triste corazón me permite, y más. No sé cuanto podré soportar, quizá mañana te llame llorando. Diciéndote toda la verdad y quedando como una infantil, pero me da lo mismo. No me interesa saber las cosas negativas que llegues a pensar de mi. Me quedan sólo unas semanas para disfrutar de tu amistad y no quiero estropearlo con mis tonterías. Pero sabes que es duro perderte. Una vez hecho el cambio jamás volveré a establecer una relación contigo, no quiero tener contacto con el pasado. No quiero saber como te va con tu vida, sin mi. No quiero saber lo feliz que eres en los brazos de cualquier desconocida.
Llevo horas llorando por mi maldita elección. En un futuro no podré perdonarme que te dejé escapar sabiendo que eres tú mi única mitad, soy una inútil con las cosas del amor. Pero es lo mejor. Sé que si sigo con mi cotidiana vida no podré continuar con mis días sin ti. Así que huyo del daño que me puedas seguir causando. Me voy para no volver e intentar seguir sin tu calor.
Tengo quince años y nunca antes había deseado tanto a una persona. Provocas en mi una inmensa tranquilidad que jamás había experimentado. Tu boca...una vez escribí que la boca de mi gran amor era puro arte. Bien, pues esa boca era la tuya con otro nombre, pero tu boca. Ni el tiempo borrará mis ganas de ti. Siempre me perseguiste de una u otra manera, siempre estuviste presente en mi vida. Sabía que llegarías, tarde o temprano tenía que conocer al hombre de mi vida. Es una pena que... en fin, lo que ya sabes. Es una pena que nuestro destino se separe ahora, justo cuando empezaba a quererte de verdad. Cierto es que no apreciamos lo que tenemos hasta que lo perdemos y yo, ya te veo perdido.
Me considero atea, pero le rezo a cualquier Dios que alivie este vacío que hay en mi alama, que amortigüe el dolor, por favor. No quiero a otro cuerpo con otro nombre y otra boca que no sea la tuya. No quiero que nadie te sustituya.
Por mas que escribo y escribo no ceso de pensar en lo que podríamos haber sido tú y yo. Esa duda permanecerá conmigo hasta que la muerte me lleve. Será mi compañera de viaje. La gran duda que atormenta a todas las locas y enamoradas adolescentes.
¿Y tú? ¿Me quieres?
Llevo horas llorando por mi maldita elección. En un futuro no podré perdonarme que te dejé escapar sabiendo que eres tú mi única mitad, soy una inútil con las cosas del amor. Pero es lo mejor. Sé que si sigo con mi cotidiana vida no podré continuar con mis días sin ti. Así que huyo del daño que me puedas seguir causando. Me voy para no volver e intentar seguir sin tu calor.
Tengo quince años y nunca antes había deseado tanto a una persona. Provocas en mi una inmensa tranquilidad que jamás había experimentado. Tu boca...una vez escribí que la boca de mi gran amor era puro arte. Bien, pues esa boca era la tuya con otro nombre, pero tu boca. Ni el tiempo borrará mis ganas de ti. Siempre me perseguiste de una u otra manera, siempre estuviste presente en mi vida. Sabía que llegarías, tarde o temprano tenía que conocer al hombre de mi vida. Es una pena que... en fin, lo que ya sabes. Es una pena que nuestro destino se separe ahora, justo cuando empezaba a quererte de verdad. Cierto es que no apreciamos lo que tenemos hasta que lo perdemos y yo, ya te veo perdido.
Me considero atea, pero le rezo a cualquier Dios que alivie este vacío que hay en mi alama, que amortigüe el dolor, por favor. No quiero a otro cuerpo con otro nombre y otra boca que no sea la tuya. No quiero que nadie te sustituya.
Por mas que escribo y escribo no ceso de pensar en lo que podríamos haber sido tú y yo. Esa duda permanecerá conmigo hasta que la muerte me lleve. Será mi compañera de viaje. La gran duda que atormenta a todas las locas y enamoradas adolescentes.
¿Y tú? ¿Me quieres?
Comentarios
Publicar un comentario