Hoy, sábado 23 de octubre del 2010 han cambiado muchas cosas. Pero sin duda la más importante de todas, ha sido que me he tragado el jodido orgullo y he dado la cara, cosa que tú no has tomado en cuenta. Hacía demasiado tiempo que no me decían las cosas tan claras.
Las ilusiones que una vez construimos, con toda la inocencia del mundo, DESAPARECEN. Sí, se han esfumado así tan rápido como llegaron.
Quizá nuestro sueño ya había muerto antes... pero hoy nos hemos dado cuenta. Supongo que tenemos que alimentarnos de los sueños y de las esperanzas para ser felices en algún momento. Aun así esto ha llegado demasiado lejos,¿no crees?
No vale la pena vivir de los recuerdos¿sabes? Duelen y me hacen chiribitas el corazón, aunque no lo creas. Por miedo o por lástima no quisimos darnos cuenta antes. Vivir de las ilusiones perdidas ya no merece la pena.
Siendo sincera... desde el principio todo esto era un locura. No quise decírtelo, primero quería prometerme a mi misma que lo intentaría. Quería convencerme de que ese sueño algún día se haría realidad y no es así. No se puede, no vale la pena que sigas. Somos completamente diferentes, no soy tan dulce como quieres que sea. No voy a decirte las cosas como tú esperas, ¿eh? A ver si entiendes que no siempre tenemos la respuesta que queremos.
Me mentí. Hoy me toca a mi dar la cara y apechugar con todo esto. También tengo que decir que esta etapa formará parte de nuestras vidas durante mucho tiempo. Han sido demasiadas buenas tardes tiradas en un banco, bebiendo coca-cola y mascando chicle, hemos tirado a la basura todas esas horas y horas y horas de charlas intensas e ilógicas. Pero siempre recordaremos esos momentos¿no? Han sido nuestros y siempre lo serán.
Ahora tenemos demasiadas escusas para no dirigirnos la palabra y otras pocas escusas para preguntarnos qué tal nos ha ido el día. Pero por el maldito orgullo no lo hacemos, preferimos desaparecer entre la multitud y esquivarnos uno al otro¿Para qué?Si solo conseguimos hacernos daño. Lo peor de todo es que ambos sabemos que es cierto y no lo admitimos. Miento, yo lo intento y tú te has quedado en el intento hace miles de segundos. Miles de segundos que hacen que estemos tan lejos uno del otro. Tan lejos que es insoportable.
Las ilusiones que una vez construimos, con toda la inocencia del mundo, DESAPARECEN. Sí, se han esfumado así tan rápido como llegaron.
Quizá nuestro sueño ya había muerto antes... pero hoy nos hemos dado cuenta. Supongo que tenemos que alimentarnos de los sueños y de las esperanzas para ser felices en algún momento. Aun así esto ha llegado demasiado lejos,¿no crees?
No vale la pena vivir de los recuerdos¿sabes? Duelen y me hacen chiribitas el corazón, aunque no lo creas. Por miedo o por lástima no quisimos darnos cuenta antes. Vivir de las ilusiones perdidas ya no merece la pena.
Siendo sincera... desde el principio todo esto era un locura. No quise decírtelo, primero quería prometerme a mi misma que lo intentaría. Quería convencerme de que ese sueño algún día se haría realidad y no es así. No se puede, no vale la pena que sigas. Somos completamente diferentes, no soy tan dulce como quieres que sea. No voy a decirte las cosas como tú esperas, ¿eh? A ver si entiendes que no siempre tenemos la respuesta que queremos.
Me mentí. Hoy me toca a mi dar la cara y apechugar con todo esto. También tengo que decir que esta etapa formará parte de nuestras vidas durante mucho tiempo. Han sido demasiadas buenas tardes tiradas en un banco, bebiendo coca-cola y mascando chicle, hemos tirado a la basura todas esas horas y horas y horas de charlas intensas e ilógicas. Pero siempre recordaremos esos momentos¿no? Han sido nuestros y siempre lo serán.
Ahora tenemos demasiadas escusas para no dirigirnos la palabra y otras pocas escusas para preguntarnos qué tal nos ha ido el día. Pero por el maldito orgullo no lo hacemos, preferimos desaparecer entre la multitud y esquivarnos uno al otro¿Para qué?Si solo conseguimos hacernos daño. Lo peor de todo es que ambos sabemos que es cierto y no lo admitimos. Miento, yo lo intento y tú te has quedado en el intento hace miles de segundos. Miles de segundos que hacen que estemos tan lejos uno del otro. Tan lejos que es insoportable.
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